Nos gusta el sexo, pero partimos de una concepción errónea sobre el.
- Gaby Samayoa
- 28 oct 2016
- 2 Min. de lectura

No existe a mi parecer una forma correcta de vivir la sexualidad, tampoco un tiempo ideal cada cual la vive a su manera sin embargo no hay que negar que cuando se trata de sexo la mayoría mujeres partimos de ciertas ideas o más bien ideales y los hombres de otros. Esto no es de extrañarse la “educación” que recibimos de pequeños como la información que extraemos de películas, música, libros nos indican cuales son las actitudes entorno a la sexualidad propias de una “verdadera” y “buena” mujer y las que debe apropiar un hombre para ser un macho.
No seas putona, no te agarres a tantos chavos, no te lo cojas si él no muestra un interés suficiente y verdadero por ti son alguno de los “argumentos” que he escuchado desde el colegio haciendo referencia a como las mujeres vivimos nuestra sexualidad. Básicamente por lo general tenemos que retraernos y limitarnos si tenemos ganas de besar o tener sexo con alguna persona. Si en dado caso lo hacemos es con culpabilidad y arrepentimiento porque nos han enseñado que la mujer es solo valorada y respetada si se adapta a esos mandatos. Por el contrario se aplaude y acepta que los hombres gocen plenamente del sexo bajo el típico argumento que tienen un gen por naturaleza sexual el cual imperiosamente tienen que satisfacer.
Así que partimos de puntos distintos para llegar a coger. Deambulamos las mujeres, sin ánimo de generalizar, en la eterna batalla de “sexo sí, pero sin amor no”. Porque en principio considero que lo visualizamos como una entrega de sentimientos más que la búsqueda de placer. El otro extremo es el juego de apariencias y cuentos que aplican los hombres para hacerle creer a la mujer que hay algo “especial” para llegar a tener sexo.
A qué voy con todo esto, deberíamos de modificar como vemos el sexo, en el caso de las mujeres aprender a desligar esa fina línea entre sexo y sentimientos, entender e interiorizar que el coger por placer no tiene porque tener un sabor de culpabilidad. Y los hombres debieran ser más honestos sobre qué es lo que buscan, sin necesidad de fingir o aparentar algo que tiene otra intencionalidad. Porque lo que deberíamos cultivar día a día son relaciones sanas y por relación no hago referencia a un noviazgo me refiero a amistades que entre todas las cosas que podés compartir también entra el sexo, es el plus de todo eso, pero claro para ello es necesaria la honestidad, el respeto, madurez y dejar de tener la típica mentalidad conservadora, doble moral que predomina en nuestro país.
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